Nuestros olivares se encuentran situados en una zona de condiciones inmejorables para su cultivo, en la cordillera subbetica, al suroeste de la provincia de Jaén, en la denominada Sierra Sur, en la zona de la Hortichuela, una pedanía que pertenece al municipio de Alcalá la Real.
Estamos alojados en el entorno de los 1000 m de altitud, limitando con las provincias de Cordoba y Granada, dando vistas a Sierra Nevada en dirección Sur-Sureste, y a la Subbetica Cordobesa hacia el Oeste. Un lugar singular, con unas vistas espectaculares sin duda digno de visitar.
Nuestro clima es el típico en estas latitudes, alternando años lluviosos con otros más secos y calurosos, aunque aquí hay zonas con su propio “microclima”, que incluso los años más secos son capaces de producir cosechas como las zonas de vegas y campiñas, y sin necesidad de regar, o con pequeños riegos puntuales en los meses de verano.
Al ser un terreno abrupto, con pendientes medias entorno al 20% y más, rodeado de arroyos, manchas de vegetación de bosque mediterraneo, encinas, quejigos, monte bajo…, umbrías que en los meses de invierno no conocen la luz del Sol, todos estos factores y más, crean y conforman unos microclimas exclusivos que junto a nuestras tierras franco-arcillosas ricas en materia orgánica, gracias a un eficiente manejo del suelo con cubiertas vegetales vivas, suman un conjunto de condiciones inmejorables para el cultivo del olivar, y por ende, para producir unos aceites excepcionales.
Nuestro olivar se podría decir que es “multirracial”, ya que nuestros antepasados en su infinita sabiduría ya intuían, o en verdad sabían, que en la diversidad y mezcla de variedades encontrarían la excelencia a la hora de producir un aceite, y de ahí que en nuestros olivares halla multitud de variedades distintas, entre las que predomina la típica de Jaen, la picual, pero entre los picuales encontraremos otros centenarios como los picudos, los hojiblancos, los carrasqueños, manzanillos…, y otros muchos que no se clasificar en una u otra variedad, solo se que siempre han estado ahí, y nuestra ilusión es que sigan, por eso estamos aquí, por eso ha nacido Olimonte.
Estamos dentro de un sistema de cultivo conocido como producción integrada (API), en el cual los técnicos más cualificados (Ing. Agrónomos, Biologos…) estudian y controlan las posibles plagas y necesidades de nuestro olivar, y solo se hace uso de plaguicidas o cualquier otro producto fitosanitario cuando ellos lo consideran necesario, y siempre bajo su supervisión, usándolos con mesura y precisión, y de la forma más responsable respetado el medio que nos rodea.